La noche les sorprendió abrazados,
en el punto más alto de la ciudad. Un mapa de luz artificial comenzó
a dibujarse bajo sus pies, pero ellos estaban demasiado ocupados mirando el
cuadro más bonito jamás pintado; las estrellas.
Y casi en un
susurro ella le preguntó...
- ¿Cuánto me quieres?
Y él, antes
de que la pregunta fuese formulada por completo, ya sabía que contestar