domingo, 27 de abril de 2014

Conversaciones con mi Ego.

Finalmente ha pasado lo que siempre he temido, mi inspiración se ha ido. Es como si hubiese echado el freno de mano y todo lo que hiciese a partir de ahora oliese a neumático quemado. 
¿Quién habló de musas? ¡Que le jodan, yo he echado a la mía!


¿Y ahora?

Ahora supongo que solo queda sobrevivir, emborracharse, llorar un poco, vestir como si la vida no importase…

¿Ser un escritor?

Ahí te he visto rápida. Los escritores estamos borrachos de amor, pero lo peor no es eso, sin duda lo peor son las resacas de amor. Cuando cada centímetro de tu cuerpo duele, cuando tu estómago pide a gritos ayuda y tu cabeza te grita ‘te lo dije’

¿Y qué haces entonces?

Escribir. Escribir con sangre y lágrimas.

Y vomitar. Vomitar todo el amor que bebiste.




Y volverte a enamorar.