jueves, 21 de abril de 2011

Σ 'αγαπώ

Todos hemos llegado a ese punto en nuestra vida, en el que nos planteamos realmente quienes somos, y lo más importante, a dónde queremos ir.
Siempre he dicho que nuestra vida es un camino de piedras, y cada persona tiene un camino correspondiente...¿Pero qué pasa cuando el camino de una perona se cruza con el de otra? Yo os lo voy a decir...En ese momento tienes que pensar qué hacer, decidir caminar sola, o acompañada. Si te decantas por la segunda opción con un poco de tiempo, llegarás a sentir eso tan bonito que la gente llama AMOR Pero, ¿Qué es el amor? Es algo a lo que todos estamos condenados a sentir, por gracia para unos o por desgracia para otros. El amor es un lazo invisible que te une a una persona, sin importar papeles firmados, ni documentos que lo prueben. El amor es algo tan impredecible y tan dificil de entender...
Pero he de decir que cuando decides caminar junto a alguien, primero hay que pasar por muchas cosas, pero a medida que el tiempo pasa, sientes que si esa persona se alejase de ti, no sabrias como caminar, no sabrías si quiera como levantarte del suelo si cayeses ni sabrías por donde caminar.

El amor es para todos, sin excepción alguna. El amor es compresión, es apoyo, es complicidad. El amor son ojos que brillan cuando esa persona sonríe, son miles de besos que jamás fueron pedidos, si no más bien, robados, son abrazos o simples caricias que hacen que tu piel se erice, que "se te pongan los pelos de punta".

Por suerte,  yo lo encontré, y con que solo me diga "Hola" me pongo nerviosa, después de más de año y medio juntos...Todavía me ilusiono cuando le oigo subiendo las escaleras de mi casa, todavia me pongo nerviosa cuando me mira, sin pestañear, todavía me vuelven loca sus labios, y cuando me besa, soy incapaz de hacer otra cosa...es su magia que me envuelve, que me desconecta del mundo. Me encanta su forma de ser, con defectos incluidos. Me encanta esa parte de él que solo yo conozco. Me muero cada vez que sonríe. Me derrito cada vez que me abraza. Me muero cada vez que me susurra cosas al oído, e incluso cuando me canta con su mano en mi corazón.
Le quiero, con defectos y virtudes.
Porque, pese a que he cometido errores, él todavía esta a mi lado, sin importarle mis caídas y mis tonterías, que no son pocas.
Y toda palabra se me queda corta para expresar lo mucho que siginifica él para mí, mi vida entera.
Gracias Carlos, gracias de corazón.


You're here, there's nothing I fear,
And I know that my heart will go on
We'll stay forever this way
You are safe in my heart
And my heart will go on and on 
 ·······
Love can touch us one time
And last for a lifetime
And never go till we're gone

 

lunes, 4 de abril de 2011

Mi cárcel.

Sentada en uno de los muchos sillones incómodos del cercanías le rondaba un pensamiento...Una nube apocalíptica de cosas. Y es que lo sabía, ella era una caja, llena de cosas inútiles, pero que juntas hacían su función perfectamente, como el mecanismo de un reloj...¿Acaso era esto nuevo? Nada nuevo, nada. 
Estaba rota por dentro, destrozada, pero ella todavía mantenía su sonrisa por fuera. Ella nunca había sido de mostrar sus sentimientos...Nunca había llorado en público, nunca pedía ayuda, incluso cuando realmente la necesitaba. Ella dejaba pasar el tiempo. Ella disfrutaba con el Sol. Ella amaba la música. Ella adoraba leer, y todo lo que eso suponía...
...El tren paró en seco, y poco a poco fue abriendo los ojos, y tras unos segundos, pudo ver a través de la ventana...
Un prado verde, soleado, flores, muchas flores de mil colores que se le antojaron como un arco iris en el suelo. Un lago cristalino que completaba el escenario de postal. 
Demasiado real para ser cierto, demasiado irreal para sus pensamientos.


La gente había desaparecido, estaba ella sola, acompañada del sonido de los pájaros, del viento y del olor a libertad...Esa libertad que tanto había ansiado durante mucho tiempo, esa libertad escondida, esa libertad que se fue y jamás volvió. Corrió y corrió durante horas, gritó y saltó. Descargó toda la adrenalina de su cuerpo...
Y para cuando se quiso dar cuenta de que estaba completamente sola, era demasiado tarde...No había tren alguno, no había sol brillante, las flores estaban marchitas y negras, el agua del lago ya no era transparente, era horriblemente verde, y ya no estaba tranquila, se movía, círculos que ampliaban su diámetro, hipnotizantes...Aunque esa sensación desapareció pronto, tan pronto cuando vio que unos ojos se abrían debajo de las ondas...
Corrió, corrió todo lo más que pudo, pero no de libertad, corrió presa por el pánico. Ese era el mundo que estaban creando, destruyendo la belleza y transformándola en todo menos bello.
Bloqueada por tanta nube de pensamientos, sus articulaciones no coordinaron, perdió el equilibrio y cayó. Y cuando su cabeza toco el suelo, se dio cuenta de una cosa...
Todos somos prisioneros. Todos tenemos sueños o pesadillas, que nos atrapan y no nos dejan salir de nuestra cabeza. Nuestra mente es nuestra propia cárcel.
La despertó el sonido del tren, llegando a su destino.