domingo, 16 de enero de 2011

.

Su cuerpo. Recorrerlo con sabios besos, sentirle estremecer de placer bajo mi propia anatomía. Palabras sin sentido se escapan en suspiros de sus labios, hinchados y anhelantes de un último roce. Porque ojalá todo fuera tan bonito como él al sentir el éxtasis del placer. Porque ojalá todo fuera tan cálido como sus labios al recibirme. Porque ojalá todo fuera tan dulce como su susurro a la noche fría, hoy más cálida que de costumbre. Ahora, respiro hondo.

El poema más bello del mundo.

Quiero escribirte el poema mas bonito del mundo,

ese que todos quieren, ese que se escribe mudo,
de palabras sinceras y con latido profundo,
ese que nadie espera , del que hay solo uno.

Quiero escribirlo con el sentimiento inconcuso,
para que sea eterno y que no se pierda en un minuto,
para grabarlo en tus retinas que se pierden en lo oscuro,
en ese pequeño parpadeo que dura un solo segundo.

Quiero escribirte el poema mas bello y mas rotundo,
ese que tanto temo y me encuentro con un muro,
ese que aun no escrito y no llegan mis recursos,
pero que si algún día lo escribo, te lo juro, será tuyo

martes, 11 de enero de 2011

Growing up

Todo comenzó aquella lluviosa tarde de domingo.
 El agua templada resbalaba por mi cuerpo, realmente necesitaba aquella ducha, después de la grandiosa tarde de estudio. Aunque lo que nadie sabe es que aquella tarde no estudié, simplemente miré las musarañas, contemplé el gotelé de mi pared, giré el lápiz hasta marearlo, pero lo más productivo que hice aquella tarde fue pensar. Pensar en que quizás ya no era una niña, quizás mi época de no saber donde estoy terminó, mis gustos y preferencias por fin se establecieron fijos, ya no cambiarían. Sabía todo lo que me gustaba, mi comida favorita, mi bebida favorita, y por qué no, mi bebida alcohólica favorita, mi canción favorita...Mi persona favorita. Sí, esa que había aparecido por casualidad en mi vida unos años atrás, y que misteriosamente pareció un fantasma para mi durante mis años escolares. Pero, pensando en todo aquello...una duda todavía mayor vino a mi cabeza...¿Realmente era lo suficientemente adulta como para realizar acciones de adultos? Pero no las del chocolate Valor...¿Realmente estaba preparada para abandonar de golpe mi niñez? Siempre había tenido miedo a la palabra crecer, porque suponía un cambio en mi vida, y para las personas cuadriculadas, como yo, un cambio supone un giro de 180º, poner todo patas arriba y volver a montar mi vida, como con las piezas de Lego....
Agarré con una mano una toalla para cubrirme, todavía pensando en mi vida cuadriculada...¿Por qué no arriesgarlo todo a una tirada? ¿Qué podía perder? ¿Mi niñez? ¿Acaso eso se puede perder, o simplemente desaparece por sí sola? Mirándome al espejo me peiné la maraña de pelo mojado, procurando no dejarme calva por culpa de los tirones. En fin, que las cosas, cuanto menos las pienses, mejor salen. Esa fue mi conclusión final. Todavía con la toalla puesta, crucé el pasillo hasta mi habitación. Por suerte estaba sola, porque había olvidado toda la ropa encima de la cama...Y allí estaba él, sentado sobre ella, sonriendo, con la sonrisa más bonita que jamás le había visto. Todavía yo era incapaz de pronunciar palabra alguna, así que él, se ahorró todo comentario sobre el tiempo, sobre el frío o cualquier cosa absurda que hubiera estado fuera de lugar, y caminó hasta mi. Colocando su dedo pulgar en mi barbilla y el índice bajo mi mandíbula, me levantó la cara y no pude esconder mi sonrojadas mejillas, mis brillantes ojos y mi sonrisa cómplice. Comenzó a besarme, suavemente en los labios, después lentamente bajó por el cuello, por mi hombro, apartó mi melena y con su mirada me guió hasta la cama. Obedecí sin mediar palabra. Y con un solo movimiento de su mano, mi toalla desapareció. Agarré su camiseta y la deslicé hacia arriba, mientras paseaba mis manos por su espalda y sentía como su piel se erizaba al contacto con la mía. Él se incorporó levantando los brazos para facilitar la extracción y se despeinó. Instintivamente mis manos se dirigieron al cinturón y con certeza lo desabrocharon, y junto con él, el pantalón, que cayó junto con la camiseta en el suelo, haciendo un ruido sordo. Más besos, muchos besos...Cerré los ojos y mientras, oía su entrecortada respiración sobre mí. Sin quererlo comenzó a brotar de mí, de mi interior, de lo más profundo, una sensación incomparable, inigualable, insuperable. No era yo, realmente no lo era...Perdí la concentración, simplemente me dejé llevar, y esa fue la decisión correcta.
Porque la niñez nunca se pierde, si tú no quieres. Irá menguando con el tiempo, pero esa niña interior jamás se irá. Toda nuestra vida está llena de errores, pero no por eso hay que dejar de hacer algunas cosas, porque el único error que cometemos entonces, es el de preguntarnos durante mucho tiempo, qué habría sucedido.

sábado, 8 de enero de 2011

I'm late anyways...

El tiempo corre, rápidamente...Salta de segundo en segundo, corre por los minutos, y camina por las horas...
Llevo tiempo sin escribir, y parece que haya olvidado cómo hacerlo, parece que haya perdido todas mis cualidades y características...Y eso no me gusta. Parece que me repito, que vuelvo a caer en los mismos errores de aquellos tiempos de principiante. He olvidado la constancia, he olvidado lo que sentía al sentarme con mi libreta rosa, que por cierto, he perdido y no hay minuto del día que no la busque, por cajones, por armarios, incluso por mi antigua mochila del colegio, pero no está. Quizás fuese como si supiese que tardaría bastante en volver a escribir en ella y desapareciera por sí sola...
Era mi diario, era donde desde pequeña escribía todo lo que pensaba...Era mi "Diario de una escritora fracasada"...Esa era yo, la que llevaba mi libretita a todas partes, a la que las ideas venían con solo cerrar los ojos...
Vuelve, por favor, vuelve...Quiero volver a ser yo...No quiero más este disfraz de indiferencia, de tranquilidad...Quiero volver a ser la niña nerviosa que iba de un lado para otro con su diario, quiero volver a sentir la tinta correr por mis venas...Quiero volver a ser aquella "escritora fracasada" que aunque sabía que nunca llegaría lejos, no desistió por un momento en luchar por su sueño. Escribir.

jueves, 6 de enero de 2011

Decepción.

Cuando creo que todo va bien, que puedo salir airosa de una situación peliaguda, el mundo me recuerda que pase lo que pase en la Tierra, ella seguirá rotando, sin parar. Y que hasta lo que parece resuelto en los primeros minutos, puede dar el giro más inesperado que me encuentre en la vida, para ponerse del revés. Y ¿Qué pasa cuando eso ocurre? Pues que solo me queda echarme las manos a la cabeza y llorar, esperando que todo pase, aunque se que ya nada puede cambiar.
Quizás la primera vez puedas pensar, bueno, los astros se alinearon para que esto ocurriese, pero no pasa nada, que no creo que se vuelvan a alinear por mucho tiempo. ¡Nunca es así!
En este mundo hay ganadores, pero para que los haya, tiene que haber perdedores...¿Y quién será el "dichoso" portador de tan "codiciado" título? Fácil respuesta: Los que menos recursos tengan.
En esta vida hay tener amigos hasta en el infierno, y mucho dinero. Y si, por alguna razón, careces de una numerosa suma de dinero, olvídate de llegar lejos. Porque a la cima de la montaña llegan los que tienen algún poder sobre la sociedad, mientras que los demás que se esfuerzan por conseguir llegar, solo sirven de alfombra para que los "poderosos" pisen.
La mala suerte siempre me ha perseguido, y en esta ocasión, se ha pasado.

miércoles, 5 de enero de 2011

:)

Todos, sin excepción posible, nacemos con una fecha de caducidad, como los yogures. Esa fecha es la que limita nuestras acciones. El problema es que, a diferencia de los yogures, nunca sabremos cuando caducaremos. Nos pasamos toda nuestra vida pensando en nuestra fecha de caducidad, sin darnos cuenta de que los que realmente importan son los días que pasas pensando en ese último. Cuando era pequeña solía pensar que, pese a lo que todo el mundo decía, nuestro futuro no está escrito, somos nosotros quién, con nuestros actos y decisiones, lo escribimos. La visión de un futuro es imposible, puesto que  que una acción llevada a cabo en el presente condiciona el futuro. Puedes equivocarte, y gracias a esos fallos, el futuro cambia y nunca podemos estar seguros de lo que sucederá. Por todo eso, siempre he pensado que no importan nuestros errores, porque quizás nos ayuden a mejorar en un futuro no muy lejano. Y siempre tengo que recordarme a mí misma que la vida son dos días, que cuando te quieras dar cuenta tu tiempo se acabó y no queda más que lamentarse. Hasta ese día, no te lamentes de algo que sucedió, porque gracias a eso aprendiste una valiosa lección. Por todo esto, solo me queda decir: Vive como si fuese tu último día en la tierra, ya que lo desconoces...Porque ese día puede ser mañana. Ríe y que todo el mundo te vea feliz, no tengas miedo. Y por último, pero no menos importante, Ama, ama como si nunca nadie te haya hecho daño, porque tu príncipe azul está a la vuelta de la esquina, así que, sigue caminando, hasta el final de tus días, con una hermosa sonrisa en tu rostro.

martes, 4 de enero de 2011

La vida es un camino lleno de piedras. Muchos no llegan al final porque dudan en apartarlas para poder caminar. Otros, en cambio, no dudan en moverlas, y llegan al final del camino sin ningún problema. Pero las piedras pesan e, incluso, hacen daño. Y es aquí, en este punto, cuando demuestras suficiente valor moviéndolas, sin importar las consecuencias, sin importar las heridas, caminando con la cabeza bien alta, con la seguridad de que ninguna piedra se interpondrá en tu camino. 

lunes, 3 de enero de 2011

¿Me amarás igual con 80 años?


- Quiero estar contigo para siempre...
+ Mira que para siempre es mucho tiempo...
- Pues, ¿Sabes una cosa?
+ Dime.
- Estoy dispuesto a correr ese riesgo, solo por ti.
+Eso es muy dulce, pero sabes que nada puede dudar para siempre...
- Te juro que esto que yo siento por ti es amor, con las cinco letras, en mayúscula, negrita, subrayadas, y, si te apetece, en colorines...
+ Oh...
Colocando su dedo índice en sus finos labios rosados, susurró:
- Pero puesto que siempre voy a quererte, te pediré solo una cosa a cambio...
Ella, abriendo mucho los ojos y con cara de sorpresa, asintió con la cabeza a la vez que dijo: + Pídeme lo que quieras, que si está a mi alcance, haré todo lo posible...
- Es muy simple... Déjame decirte todo lo que te quiero, déjame rozarte y hacer como que fue un accidente, para poder ver como tu piel se eriza con al contacto con la mía, déjame dormir apoyado en tu pecho, para sincronizar mi respiración con los latidos de tu corazón, déjame mirarte cuando hablas, cuando ríes, déjame observarte, tus gestos, tus muecas, déjame abrazarte sin motivo alguno y, por último, déjame robarte tantos besos como quiera...
+ Trato hecho.
Sellaron el pacto siguiendo uno de los puntos enunciados por él. Con un beso, sincero, no muy largo, pero suficiente para transmitir todo lo que sentían, para compartir ese sentimiento que tenían en común, para fusionar ambas almas...Para siempre.