martes, 19 de marzo de 2013



Es en ese momento, en el que palabras que tuvieron mucho significado se amontonan en tu cabeza, cuando te das cuenta de que esas palabras ya no significan lo mismo. 
He cavado mi propia tumba, y todo sin darme cuenta. A veces veía sangre en mis manos y la ignoraba. Heridas pasadas, decía. ¡Qué ilusa! Con mis propias manos me he ahogado, y no contenta con ello me he enterrado bajo capas de vergüenza y decepción. Me he enterrado tan abajo que dudo que alguien pueda encontrarme. Ni si quiera aquí abajo me llega su aroma. Y eso me atormenta. Estoy a oscuras, y mis ojos nunca se acostumbrarán a la oscuridad, porque he perdido mi luz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Él significado de las palabras cambia un segundo después. Un segundo después ya no son lo mismo.

Mar dijo...

Tú lo has dicho, un solo segundo es suficiente para cambiar una vida entera.