miércoles, 9 de marzo de 2011

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Dicen que la mejor manera de escribir algo es cuando lo haces con tus sentimientos. Bien, pues, con mi propio corazón en mano voy a intentar hacerlo lo mejor que se.


En ocasiones los sueños son demasiado reales, cosa que puede ser incluso divertida...
Pero el problema viene con las pesadillas. Hay pesadillas de las que no puedes despertar por mucho que quieras, ya sea porque tienes miedo o cualquier otra cosa...
Pero sin duda alguna, puedo afirmar que lo peor son los sueños que se convierten en pesadillas...Esos sueños en los que caminas sobre nubes, en los que piruletas y caramelos caen del cielo, acompañadas de bombones y demás pastelosidades, y de repente, sin quererlo, la nube desaparece, y caes en un agujero negro sin fondo, caes a un abismo de donde dudo que pueda ser rescatada, caes a un pozo oscuro, donde el único sonido que hay es el de el agua, que fluye bajo tus pies y el fuerte ritmo de tu corazón...pum pum, pum pum...
Me aventuro incluso a afirmar que duele más aun el bofetón de realidad que recibes cuando despiertas, una bocanada de aire que hincha tus pulmones, ese parpadeo incesante de ojos, esa respiración entrecortada y esas ganas de llorar...
Pero es tu mente la que domina esas situaciones tan reales... ¿Cómo distinguir la realidad de un sueño? Dificil pregunta, y más dificil aún la respuesta.
Una pesadilla puede ser de muchas formas y maneras, puede asustar a gente o hacer reír a otra...Cada uno la interpreta de una manera...Lo que a unos duele a otros agrada. Durante mis 18 años de vida he visto demasiadas cosas, más de las que me gustaría, y me he dado cuenta de una cosa: Llorar ayuda, pero no soluciona problemas. 
Muchas cosas duelen...
Pero lo que más duele es ver como tu sueño echa a correr, dentro de un saco, porque otros te lo han robado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues habrá que ir corriendo a buscarlo, los sueños son de cada uno, que nadie te robe el tuyo.
Muy bonita entrada, gracias por seguirme :)
Un beso.